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Las Navidad más cara se pasa frente al vídeo-juego
A pesar de lo elevado de su precio, la PlayStation 3, de Sony, promete convertirse en uno de los regalos más solicitados estas navidades, al igual que las consolas rivales Xbox, de Microsoft, y la Wii, de Nintendo...

2006-12-05 A pesar de lo elevado de su precio, la PlayStation 3, de Sony, promete convertirse en uno de los regalos más solicitados estas navidades, al igual que las consolas rivales Xbox, de Microsoft, y la Wii, de Nintendo.

Una de las grandes ventajas de esta última, que vendió 600.000 unidades en sus primeros ocho días desde su lanzamiento en el mercado norteamericano, es que "sólo" cuesta 250 dólares, la mitad que su rival PS3.

La fascinación por ambos productos es tal que muchos seguidores acamparon durante horas o incluso días frente a las tiendas para hacerse con los preciados artículos, que ahora se venden en sitios de internet como eBay a un precio todavía más elevado.

Tanto la PS3 como la Wii tienen características que las colocan por encima del Xbox, aunque este último tiene una ventaja que hará que se convierta en súper-ventas: a diferencia de sus rivales, estará accesible estas navidades, ya que no peligran las existencias.

La consola, que se vende por 299 y 399 dólares, dependiendo del modelo, combina excelentes gráficos con lo que se considera el mejor servicio online para jugar y un auténtico centro de entretenimiento que, entre otras cosas, permite ver DVDs o escuchar música.

Otra ventaja es que cuando salió al mercado, hace un año, había sólo 18 juegos disponibles, pero hoy los usuarios tienen a su disposición más de 150, muchos de ellos súper éxitos como el violento "Gears of War", que se vende por cerca de 60 dólares o, para los más pequeños, "Viva Piñata".

En cuanto a Nintendo, aporta un control remoto muy poco convencional, tan sensible al movimiento que permite a los jugadores jugar con todo el cuerpo y manejar un palo de golf, lanzar una flecha o blandir una espada, lo que produce un nivel de acercamiento con el juego mucho mayor que lo que ha habido hasta ahora.

La selección de juegos, no obstante, es reducida, y además los expertos recomiendan evitar títulos que también están disponibles para otros sistemas ya que no se aprovechan las capacidades del control.

Algunos títulos exitosos incluyen el algo morboso "Trauma Center: Second Opinion", que se vende por cerca de 50 dólares, o "Spongebob Squarepants: Creature from the Krusty Krab", que hará las delicias de los pequeños que pueden conducir y volar.

En cuanto a la PS3, se apoya en un gran poder de computación que permite que los jugadores disfruten de gráficos y movimientos muy realistas y efectos sonoros igualmente avanzados.

Pero la selección para la PS3 es muy limitada, y además ha habido informes que indican que algunos juegos de ediciones anteriores no funcionan en la consola más nueva.

Los vídeo-juegos, un clásico navideño, no son los únicos regalos caros de la temporada.

Debido a los cada vez más reducidos precios de los chips y la robótica, y a que los padres cada vez están más dispuestos a rascarse el bolsillo para satisfacer a sus retoños, la sofisticación de los juguetes va en aumento.

Véase, si no, el caso de la versión moderna de la clásica "pinball", que se vende por la friolera de 300 dólares, o del humilde caballito de madera que, en su versión más atómica, también cuesta 300 dólares.

Se trata del "Butterscoth My Furreal Friends Pony", un animalito de 91 centímetros de altura que mueve las orejas, los ojos y la cola, relincha, come zanahorias y, por supuesto, se mece suavemente cuando se le sientan las niñas encima.

Este juguete prodigio de la tecnología se encuentra entre los doce regalos tecnológicos más populares, según la lista elaborada por la revista "Toy Wishes Magazine".

El juguete, que es capaz de reaccionar a la voz de sus dueñas, es una de las apuestas más arriesgadas de las navidades, pero como se pregunta Jim Silver, editor de la revista, "¿qué niña no quiere su propio pony?".

Quizá la que prefiera un vídeo-juego, o incluso hasta habrá quien se conforme con el cariño de sus padres.
 
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